NO PUEDO, DEJARÁ DE SER UNA OPCIÓN
25 de March de 2021
Titutlo
17 de April de 2021

Recordando que todo en el Universo está en un estado de vibración, nosotros mismos somos seres vibracionales, ya que toda la materia vibra a una frecuencia precisa,  y nuestras células y órganos están respaldados por una variedad de sistemas especializados de distribución de energía alimentados por nutrientes y oxígeno, así como por una corriente de energía de fuerza vital.

El estrés crónico y los desequilibrios físicos y emocionales en nuestra vida pueden interrumpir el flujo saludable de energía a través de nuestro sistema y esto pronto se manifiesta como enfermedad.

La enfermedad surge como resultado de que esta vibración no fluye libremente en el cuerpo creando energía discordante.

Pero también, las emociones pasadas, los traumas y las tendencias habituales se almacenan dentro de nuestro ser en cada célula, lo que nos hace desequilibrarnos fácilmente.

El Biólogo Bruce Tainio, en 1992 llevó a cabo el estudio de la frecuencia vibratoria del cuerpo humano y concluyó que un cuerpo sano tiene una frecuencia durante el día de 62 a 72 MHz y que cuando se reduce la frecuencia vibratoria de una persona, el sistema inmunológico se ve comprometido.

Si la frecuencia se reduce a 58 MHz, aparecen los síntomas del resfriado o la gripe, en una frecuencia de 55 MHz  empiezan las infecciones virales, a 42 MHz sobreviene el cáncer y a los 20 MHz se inicia la muerte.

Todo lo que  SOMOS, pensamos, hacemos, decimos, comemos, ingerimos, inhalamos y nos untamos en nuestra piel también tiene una frecuencia que afecta a nuestra total vibración. Los vegetales frescos tienen una frecuencia de 15 MHz, las hortalizas de 12 a 22 MHz y hay alimentos que están por encima de los 50 MHz como el Cacao, el limón y el alga espirulina. En cambio, los productos procesados con químicos y de origen animal tienen una frecuencia muy baja.

Cuanto mayor es nuestra vibración interna, más rica y creativa es nuestra vida, nos hacemos más sensibles a nuestro entorno y somos capaces de percibir mejor la realidad. Asimismo, vibrar en una alta frecuencia fortalece nuestro sistema inmunológico, lo cual es indispensable para protegernos de las enfermedades.

Una alimentación de alta vibración consiste en alimentos  que benefician positivamente a la persona que los consume como al planeta en general. Una frecuencia vibratoria alta significa tener más luz por lo tanto es menos denso. Las plantas son un buen ejemplo de ésto, de cómo transformar luz en energía mediante la fotosíntesis.

ALIMENTOS ORGANICOS:

Los alimentos cultivados orgánicamente siempre tienen una energía más vital al contenerse íntegros, no solo porque conservan el patrón de energía normal del alimentos sino también porque presentan una intensidad y una tasa de vibración elevada para garantizar la vida. También más nutrientes naturales, vitaminas y minerales.

Las frutas y verduras crudas y cultivados orgánicamente afectan rápidamente la sangre de una manera más positiva. Frutas y vegetales crudos proporcionan micro-nutrientes  y enzimas activas que son poderosos catalizadores de la sangre.

TE Herbal Oriental

¿Quién no ha dicho, cuando quiere cuidar a alguien enfermo, te preparo un tecito­­­­?

En especial hablando del Té Verde contienen un grupo de sustancias con una extraordinaria capacidad antioxidante que acaparan cada vez más atención en los estudios científicos: los polifenoles, presentes también en frutas y verduras, aunque en menor cantidad. Esto sucede en particular con un tipo de polifenoles llamados catequinas, responsables de su poder protector.

Las catequinas son los polifenoles o taninos responsables de su sabor genuino y del poder protector del té verde previniendo que la membrana celular se oxide. Una de ellas, la EGCG o epigalocatequina-3-galato, se demuestra muy activa.

El té verde favorece el estado de alerta y agudiza tus habilidades intelectuales. Esto es debido a las propiedades de la cafeína, que en el té va acompañada de l-teanina y no produce el molesto nerviosismo de un café expreso.

Al ser protector, disminuye las posibilidades de padecer un Cáncer retrasando el envejecimiento y muerte celular .Y no solo mejora el funcionamiento del cerebro, sino que previene su degeneración y el desarrollo de enfermedades neurológicas como Parkinson y Alzhéimer.

Verduras de Hoja Verde

Lechugas, coles, brócoli, acelga, espinacas  estos alimentos son altos en contenido vibratorio, literalmente estas comiendo la energía del sol. Fuentes de vitamina K, fibra, betacarotenos, luteína, hierro y ácido fólico.

En un estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades que calculó la densidad de nutrientes de casi 50 frutas y verduras, 17 de las 20 principales eran de hoja verde. La investigación muestra que una dieta que contiene muchos vegetales de hoja verde está relacionada con un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, ciertos tipos de cáncer, degeneración macular y diabetes tipo 2. También puede ayudar a mantener la memoria aguda a medida que una persona envejece.

Germinados

Son todos aquellos derivados de granos, semillas que en contacto con el agua, oxígeno y una temperatura determinada dan inicio a procesos bioquímicos que dan origen al inicio del ciclo de vida de una planta. Son alimentos vivos que ofrecen grandes concentraciones de nutrientes a bajas calorías, además de permitir la fácil digestión gracias al aumento de la actividad de las enzimas que se desactivan cuando estos son cocinados.

Cereales  trigo, cebada, arroz o centeno) Leguminosas (alfalfa, soja, habas, lentejas, maní, arvejas) Vegetales (Berro, rábano, ajo, zanahoria, remolachas) Frutos secos (nueces, avellanas, castañas) semillas ( calabaza, girasol, sésamo, chía, quínoa) pueden ser germinados y luego usados para zumos, batidos, sopas, ensaladas, platos principales, cenas e incluso postres.

ESPECIAS

En culturas milenarias como la oriental las personas han estado usando especias como una forma deliciosa de aumentar la vibración energética de los alimentos, es que sentir su aroma nos pone en un estado de placer que eleva el presente: Cúrcuma, canela, jengibre, ajo, cardamomo, nuez moscada, romero, etc.

NUECES Y SEMILLAS

Las nueces y semillas crudas, sin sal son parte de estos alimentos que ayudan a aumenta nuestra frecuencia vibratoria porque no solo son fuentes de proteínas y de fibra sino que también aportan buena cantidad de aceites esenciales como el omega 3, 6 y 9 aumentan la capacidad de funcionar correctamente de nuestro cerebro.

ALIMENTOS FERMENTADOS

Nuestro cerebro intestinal es quién se encargará de llevar a cabo las funciones digestivas y ser la barrera inmunológica para protegernos del mundo externo, desarrollan una actividad como antioxidantes, antimicrobianos, anticancerígenos y antiinflamatorios, y contribuyen a combatir la diabetes y la esclerosis. Y es que los probióticos -como se conoce a los de este tipo- son indispensables para el sistema inmunitario, pues aumentan la diversidad bacteriana del intestino. Esto hace que una de las claves de una buena salud se encuentre precisamente en la flora intestinal, por lo que conviene mantenerla en buen estado y eso pasa por cuidar la alimentación. Los alimentos fermentados naturalmente como el chuckrut, Kefir, kimchi y kombucha están llenos de bacterias buenas que quieren ayudar en este delicado, emocional y sensible cerebro.

Kéfir

Este lácteo se parece mucho al yogur, pero se elabora fermentando levadura y bacterias con leche. Así se crea una pasta líquida que se ha convertido en uno de los alimentos más saludables por su capacidad para mejorar la digestión, luchar contra la inflamación y las enfermedades crónicas, y aumentar la salud de los huesos. Además, es adecuado para las personas con intolerancia a la lactosa.

Yogures

Al fermentar la leche, aumenta la disponibilidad de los nutrientes de estos lácteos y los convierten en una opción muy saludable e interesante. Eso sí, cabe destacar que si incorporan azúcares añadidos o demasiados ingredientes, pasan a ser productos ultraprocesados que son precisamente lo que se recomiendan consumir. Entonces, cuanto más natural, mejor.

Vegetales y encurtidos

Los beneficios de las verduras se ven potenciados cuando estas están fermentadas y, afortunadamente, hay varias que cumplen con esta premisa. Una de ellas es el chucrut alemán, que no es más que col fermentada con un alto aporte de probióticos. Muy similar a este encontramos una elaboración clásica de Corea: el kimchi, que utiliza comúnmente la misma verdura, aunque admite otros ingredientes. Tiene un sabor mucho más intenso y picante, y, gracias a los componentes saludables que se usan para prepararlo como el jengibre, el ajo y el picante, sus aportes son muy positivos.

Kempeh y natto

Estos dos nombres tan poco comunes son dos formas de preparar la soja mediante fermentación. El tempeh, un alimento muy típico de Indonesia, obtiene una consistencia dura pero tierna -similar a la carne- y se trata de una gran fuente de proteínas común entre poblaciones vegetarianas y veganas. El natto, por otro lado, es una elaboración tradicional de Japón que posee nattokinasa, un anticoagulante que le da una textura algo gelatinosa y mucosa, y un sabor intenso que no agrada a todos los paladares.

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