La persona en un estado nutricional de Obesidad, no es una persona obesa. No se ES obesa, se ESTA en obesidad; porque esta enfermedad metabólica no define a la persona, sino que aquella se encuentra transitando éste estado como manifestación de su estado interno de “desprotección” puede que sean unos años o que siempre se haya vivido así pero, el tiempo no define la identidad.
Si logramos salir de las definiciones como de Ser al de Estar, tendremos más chances de percibir el cambio.
El objetivo de la grasa corporal es proteger los órganos internos y generar reserva energética externa. La protección puede simbolizarse como vallas que delimitan una zona en peligro, si el cuerpo recibe la orden de proteger es porque se percibe una desprotección interna emocional de lo contrario no se apretaría el botón de alerta, ni se viviría en “peligro” desde un trasfondo inconsciente. Esta mente no diferencia si el peligro es real o simbólico, cualquier experiencia que se viva como amenaza constante y crónica despertará ese estrés y así el mecanismo de “protección” (aumento del consumo calórico, disminución del gasto energético y sedentarismo).
Esa desprotección se ha sentido o resentido en esa persona o en su entorno familiar por determinada experiencia vivida.
Evidentemente la persona en obesidad ha tenido o tiene una dificultad en el límite de las cantidades de los alimentos que consume o ha consumido, sino no llega a este estado. Así como refleja su conducta en lo que más hace una persona a diario que es comer también lo tendrá en sus relaciones interpersonales, lo de afuera es adentro por Ley de correspondencia. Entonces, no podrá limitarse a una porción más de torta y quizás tampoco pueda decir basta a una agresión verbal a una burla, o a cualquier falta de respeto y pueda que disfrace su enojo por “risa” o por el “no pasa nada”, mañana le digo igual mañana empiezo.
Todo comienza por la falta de amor propio, eso que no nos han enseñado a cultivarlo dentro de cada uno sino a buscarlo afuera, siendo conejitos detrás de la zanahoria que llevamos colgada y no vemos. Al entrarnos en nosotros mismos a través de las emociones guardadas, cual llaves para abrir tesoros, podemos encontrar el camino que nos llevara a la propia comprensión de este estado como primer paso, luego indagar la realidad de esa desprotección y poder cambiar la percepción que ves en el espejo y que verdaderamente no eres, solo estas.